Pacientes antagonistas de la vitamina K (AVK)

En caso de que estés tomando un anticoagulante del grupo de los antagonistas de la vitamina K (AVK), para que tu sangre tenga los niveles correctos de anticoagulación la clave está en la regularidad y moderación de tus hábitos de vida diarios. Es decir, es fundamental:

1/ Llevar unos horarios de toma de medicación ordenados.

2/ Consumir de manera moderada y uniforme alimentos ricos en vitamina K, como, por ejemplo, las espinacas, col rizada, brócoli, lechuga, aceites vegetales, arándanos azules, higos, queso, huevos, entre otros.

3/ Evitar realizar cambios por tu cuenta en la medicación.

4/ Reducir al máximo la ingesta de alcohol y bebidas con gas, así como el tabaco.
 

Los fármacos AVK han de tomarse siempre por las tardes para no interferir con los controles de la anticoagulación que te harán en el hospital, que siempre se realizan por la mañana. Lo ideal es tomar la pastilla una media hora antes de merendar (sobre las 17-18 h), aunque si eres un paciente joven que trabaja y lleva una vida activa, es mejor que fijes la hora de la toma que mejor te convenga por tus horarios y más fácil de recordar.
 

Para evitar los olvidos, es importante que:

1/ Intentes relacionar la toma del AVK con alguna costumbre que repitas a diario, como, por ejemplo, algún programa de TV o la radio, salir a caminar, hablar por teléfono con algún amigo o familiar, etc.

2/ También puedes poner una alarma en el móvil para recordar la toma. Si no vas a estar en casa en ese horario, debes llevar siempre un pastillero semanal con las dosis correspondientes para el día.

3/ Si aun así te has olvidado de tomarla, podrás tomártela de inmediato si NO han pasado más de 4 horas de la hora habitual, para evitar que el efecto se junte con el de la siguiente dosis.

 

Si tomas un AVK, has de ser muy meticuloso con la dieta. Es fundamental que lleves una alimentación sana y equilibrada, rica en verduras y frutas, para evitar el estreñimiento y los cambios drásticos en el ritmo intestinal. Los episodios diarreicos pueden incrementar mucho el valor de un parámetro llamado INR o tiempo de protrombina (solo has de saber qué es importante en términos de la coagulación), lo que aumenta el riesgo de hemorragia.

Los alimentos verdes, aunque en ningún caso están prohibidos, deben consumirse en cantidades moderadas y de la manera más uniforme posible. Es mejor comer alimentos verdes todos los días que hacerlo de forma ocasional. Lo ideal es escoger entre 5 o 6 alimentos de este grupo (frutas y verduras, principalmente) y consumirlos de manera cíclica a lo largo de la semana. De esta manera el aporte de la vitamina K será regular y la medicación producirá un efecto muy similar en tu sangre cada vez que la tomes. El objetivo es evitar los altibajos en los niveles de anticoagulación de la sangre, evitando así el riesgo de ictus y el de eventos hemorrágicos.

En cuanto a las bebidas, debes aplicar la misma norma para alimentos procedentes de hierbas, como infusiones o té, cantidades moderadas y uniformes. Las bebidas con gas pueden afectar a los niveles de la vitamina K de manera similar a las frutas o las verduras (pero sin aportar los beneficios de estas), así que se recomienda no tomar este tipo de bebidas o hacerlo de manera muy ocasional.

Una de las principales complicaciones de cualquier tratamiento anticoagulante es el riesgo de hemorragias, por lo que debes estar atento y tener en cuenta estos factores:

  • Si eres un paciente de edad avanzada: evita las caídas, ya que, con ellas, el riesgo de padecer un hematoma extenso y/o fracturas aumenta. Por ello, en caso de que tomes medicamentos antihipertensivos, es importante que él médico haya ajustado bien la dosis (para evitar mareos y desmayos). También es recomendable que uses bastón en caso de tener problemas de movilidad, y señalizar bien el camino al baño por las noches para evitar accidentes indeseables.
  • Es fundamental que sepas detectar los signos de sangrado oculto (debilidad, mareos, dolor de cabeza…), ya que de esta forma evitarás llegar a tener una anemia severa. También es importante que vigiles tus heces y orina de manera regular para identificar cualquier posible sangrado de forma precoz.
  • Para evitar el sangrado de las encías deberás usar cepillos con cerdas suaves, y para el afeitado, mejor usar la maquinilla eléctrica.
  • Si eres un paciente que usa oxígeno domiciliario o un sistema de presión de aire continua positiva (CPAP) para poder respirar, debes tener en cuenta hidratarte las fosas nasales para evitar sangrados derivados de la sequedad de la mucosa.
  • Por último, es esencial recordar la importancia de NO automedicarse para evitar posibles interferencias o interacciones con estos medicamentos.

En cuanto a los controles médicos del tratamiento, es fundamental que no te saltes ninguno, ya que el riesgo de padecer una trombosis y/o hemorragia aumenta debido al desconocimiento de los niveles de anticoagulación y a la falta de ajuste de la dosis por parte del hematólogo.

También es importante que puedas contactar con facilidad con el servicio de anticoagulación en caso de que no puedas acudir al control por cualquier circunstancia. La enfermera te dará fecha para un nuevo control y te dirá qué dosis puedes tomar hasta entonces.

 

DAB1905.04.2021

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