Tratamientos anticoagulantes

La coagulación

 

La coagulación es un proceso clave en cualquier ser humano. En estado natural, la sangre fluye sin producirse su coagulación.

Pero, en caso de que se produzcan daños en un vaso sanguíneo (heridas, traumas, cortes, etc.) la lesión provoca una reacción en cadena en la sangre. En esta reacción participan unas células llamadas plaquetas, que se unen al tejido dañado y conducen -finalmente - a la formación de un coágulo. De manera muy simplificada, ocurre así:

 

La coagulación es esencial para la preservación de la vida. Si no existiera, no habría nada para parar el flujo de sangre hacia fueraen caso de que un organismo sufriera una herida o un trauma. De ser así, el organismo inevitablemente se desangraría y moriría.

Afortunadamente, la coagulación previene esto. De esta manera, las heridas pequeñas o medianas se suelen taponar solucionar de manera rápida y sin consecuencias gracias al sistema de coagulación natural del cuerpo (las heridas más grandes pueden, en ocasiones, necesitar de ayuda exterior tales como puntos de sutura o torniquetes).

Si existen problemas en las arterias o venas tales como daño tisular o una placa de ateroma (colesterol), las plaquetas pueden “interpretar” erróneamente que hay una herida en ese vaso sanguíneo y empezar un proceso de coagulación.

Esto, evidentemente, es muy peligroso y no es algo que ocurra naturalmente, ya que se está formando un trombo (coágulo) dentro de la propia arteria, provocando un bloqueo o taponamiento de esta. Este bloqueo puede, eventualmente, desencadenar un accidente cardiovascular (ictus, infarto, tromboembolismo pulmonar…).

También hay otros factores que contribuyen a la formación de trombos dentro de las arterias, como por ejemplo padecer de fibrilación auricular, tener insuficiencia cardíaca, o pasar mucho tiempo sentado (por ejemplo, en un avión), ya si la sangre de las piernas no circula bien se “encharca” más y tiene más tendencia a formar coágulos.

Lo más importante para prevenir la formación de trombos es que tomes tus medicamentos anticoagulantes tal y como te ha recetado el médico.

Por otra parte, puedes contribuir a disminuir la probabilidad de padecer de enfermedades trombóticas siguiendo unos hábitos de vida saludables (ver sección de “Recomendaciones saludables”) tales como una alimentación sana, realizar ejercicio regularmente (caminar, especialmente, reduce la probabilidad de formación de trombos), y dejar de fumar.

 

 

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  1. Farré AL et al. Plaqueta: fisiología de la activación y la inhibición. 2013, 13(B):2-7.
  2. Texas Heart Institute. Anticoagulantes. Disponible en: https://www.texasheart.org/heart-health/heart-information-center/topics/anticoagulantes/

 

DAB1742.01.2021

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